A mediados de la década de los cuarenta, y sobretodo en los cincuenta, en plena Guerra Fría, se dio un proceso sistemático de depuración de cualquier persona sospechosa de ser comunista, progresista o, simplemente, crítica con la política del gobierno. Así, en el país de las oportunidades y la estatua de la libertad, se implantó, de la mano del senador republicano Joseph McCarthy y el Comité de Actividades Antiamericanas (HUAC), presidido por John Parnell Thomas, una censura en toda regla que mutilaba películas y, como mínimo, humillaba públicamente, privaba de empleo o encarcelaba a aquellos actores, directores y guionistas que fueran incluidos en las famosas listas negras.
Entre los acusados por el dedo del macarthismo destacan los "Diez de Hollywood", como el director Edward Dmytryk (El baile de los malditos, El motín del Caine...) o el guionista Dalton Trumbo (Espartaco, Vacaciones en Roma...) a quienes las productoras RKO y MGM dieron la espalda por temor a la Comisión, y fueron encarcelados. Hubo otros casos como el de Charles Chaplin o el director Jules Dassin. El primero, acusado de pertenecer al Partido Comunista, fue expulsado del país junto con su familia, exiliándose en Suiza, y Dassin, también imputado por difundir ideas ajenas a las esencias de América, hubo de buscar asilo en Francia.
Se dieron una serie de tristes delaciones, la mayoría impulsadas por las productoras, que no querían desprenderse del personal con más talento, por lo que obligaron a muchos a traicionarse. Es el caso del actor Sterling Hayden, y los directores Elia Kazan o Robert Rossen, acusados de llevar a cabo actividades subversivas, y quienes dieron nombres para así no perder sus puestos de trabajo.
También es cierto que los acusados recibieron grandes muestras de solidaridad por parte de otros compañeros, organizados en el Comité de la Primera Enmienda, del que formaban parte destacados artistas como Katharine Hepburn, Kirk Douglas, John Ford o Humphrey Bogart.
Esta caza inquisitorial, que desvió el arte de su cauce natural, llevando incluso a la industria a realizar películas propagandísticas de marcado caracter anticomunista, comenzó a decaer cuando, en 1954, McCarthy intentó llevarla a cabo dentro del ejército estadounidense. Fue entonces cuando le pararon los pies, y en el senado presentaron una moción de censura contra él. De esta manera, el Comité de Actividades Antiamericanas perdió su principal apoyo político y su capacidad de actuación, librando así a Hollywood de la censura.
Miembros del HUAC, entre ellos Richard Nixon, a la dcha. |
gostei muito desta entrada y el cartel de arriba con el Tío Sam sin su dedo acusador me parece tupendo
ResponderEliminarInteresante post, interesante blog, le seguiré.
ResponderEliminarHola Antoine, me alegro de que te guste, gracias por comentar y muchas más por seguirme.
ResponderEliminarNos vemos por la red.
Un saludo!!
Un buen hdp este MacCarthy, menos mal que le cortaron el cuello, sino tenemos a hollywood produciendo Raza por doquier¡¡
ResponderEliminarjajajaja que güeeeno fran!
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