El triunfo de la voluntad (1934) |
Desde 1933, año del ascenso al poder de los nazis en Alemania, hasta su caída en 1945, Hitler y su Ministerio de Propaganda e Información levantaron una portentosa industria cinematográfica para glorificar al Tercer Reich y demonizar la imagen del enemigo. Para tal fin, no escatimaron ni lo más mínimo en medios económicos y logísticos, poniendo en marcha una maquinaria propagandística a la altura del precedente soviético, ambas con un fin último: formar y manipular a las masas.
A diferencia del cine de la Unión Soviética, el cine nacionalsocialista apenas aportó innovaciones cinematográficas, pero sí supo aprovechar las técnicas conocidas y, como hemos dicho, gastar cada marco que fuera necesario. De esta manera, los nazis tomaron el control de la UFA, la productora más potente de Alemania y una de las más importantes del mundo durante los años dorados del cine mudo. Así comenzó un cine estrechamente ligado a la política, rodándose films como El judío Suss (1940, Veit Harlan), un claro ejemplo de alegato antisemita en el que se mostraba a las claras el porqué de la superioridad aria y la maldad judía, o Quex, joven de Hitler (1933, Hans Steinhoff), siendo esta vez el comunismo el objetivo de la agresividad nazi.
Sin embargo, fue la obra de la directora Leni Riefenstahl la de mayor importancia y la que mejor sirvió a los intereses de Hitler. En concreto, la película El triunfo de la voluntad (1935) constituye un derroche de parafernalia nazi descomunal, que toma como punto de partida el Congreso del Partido de 1934 para servir de vehículo propagandístico del nazismo y de Hitler. Éste, se presenta como un dios surgido de los cielos, aterrizando en Nuremberg para salvar al pueblo alemán y llevarlo hacia la gloria. Así, se sucederán los discursos a favor de las bondades del régimen y del führer, mujeres, hombres y niños sonrientes aparecerán cooperando, trabajando rebosantes de felicidad, todos unidos para servir a la gran nación alemana y aclamando cada palabra del nuevo mesías.
A lo largo de su vida (vivió 101 años y murió en 2003) Riefenstahl siempre se defendió de las acusaciones, negando su filiación al partido nazi y afirmando que lo que ella hacía era cine histórico. No obstante, es innegable que se trata de clara apología al nazismo, pues fue creado para tal fin y cautivar a las masas ofreciéndoles un producto espectacular con el que fuera fácil impresionarles. Sin embargo, como documento histórico para conocer el aparato propagandístico nazi no tiene precio, es magnífico.
El triunfo de la voluntad se convirtió en la película más reconocida de un cine, el nazi, que constituyó el paradigma de arte al servicio del poder, del que no sólo beben, ni han bebido, los totalitarismos, pues también Hollywood fue utilizado para difundir o legitimar la política del gobierno estadounidense, y si no, repasemos las películas de acción de la era Reagan.
Os dejo un breve pero interesante extracto de la película.
Enorme la entrada Vicent. De las mejores con diferencia, a mi humilde parecer. Un abrazo¡¡
ResponderEliminargracias franchesco! otro abrazamen para ti
ResponderEliminarInteresantísima entrada tanto a nivel histórico como cinéfilo, me ha encantado Vins, me quito el sombrero.
ResponderEliminarGracias R(ita). :) jijiji
ResponderEliminarmenos mal que el cine es nuestro, porque si se lo dejamos a estos tipejos...XD muy bueno agente vins!
ResponderEliminarGenial, Vicentín! Pude ver el Triunfo de la voluntad en Salamanca y aunque es cierto que no hizo nada nuevo la muy jodía de la Lenni era una maestra mezclando técnicas, una pena que fuera al servicio de este tipejo.
ResponderEliminarGracias chavalotes!. Sí que era buena, pero como tu dices, se dedicó a hacer basura nazi. Los cracks de verdad como Fritz Lang o Billy Wilder tuvieron la genial idea de salir echando mistos de Alemania. Menos mal!!!!
ResponderEliminarEsta peli me la pille hace tiempo pero aun no la he visto, no se si por que tira pá tras un poco o porque tengo miedo a que me guste XD.
ResponderEliminarRiefensthal era impresionante; una maestra. Lástima que el régimen nazi le lavara la cabeza, como a tantos otros artistas, científicos, etc de la Alemania nazi
ResponderEliminarNo sé hasta que punto era afín a la ideología nazi o si no lo era, pero no porque lo dude sino porque lo desconozco, pero imagino que podría haber huido como otros y no tragar con el nazismo.
ResponderEliminarUn saludo!
http://es.wikipedia.org/wiki/Bombardeos_at%C3%B3micos_sobre_Hiroshima_y_Nagasaki
ResponderEliminartambien los gringos nos metieron su cine y sus obras quedan registradas...saludos maestro