The Man Who Shot Osama Bin Laden
Tratemos de abstraernos por momentos de toda la vorágine de datos, rumores, sospechas, medias verdades, informaciones oficiales, conspiraciones, odios y demás asuntos relacionados con los
atentados del 11 de septiembre de 2001, la posterior guerra contra el terror y la figura de
Osama Bin Laden. Intentemos desterrar por espacio de 160 minutos los prejuicios que todos tenemos al respecto y tratemos de ofrecer a la película en cuestión una mirada libre de recelo. Tampoco se trata de apelar a la ausencia de sentido crítico, simplemente démonos la oportunidad de ver qué es lo que se nos propone en pantalla.
Lo que
La noche más oscura (
Kathryn Bigelow, 2012) nos ofrece es la posibilidad de atisbar, a grandes rasgos, un esbozo realista - no necesariamente real - de la política internacional americana en torno a la caza de ese fantasma difuso del que conocemos tanto y tan poco. Si algo no es esta cinta es un cuento complaciente, simplista y patriotero sobre el asunto. Bigelow no se adentra en suspicacias, no recorre vacíos, ni hace preguntas grandilocuentes. Articula la narración - con un marcado estilo documental - en torno al material del que dispone. No cuestiona pero tampoco asevera. No tiene pretensión de verdad absoluta ni aspira a dar carpetazo al episodio. La cinta es, sobre todo, la representación de una obsesión nacional - y lo que ello ha supuesto durante una década - en lugar de un mero relato oficializante.
No en vano, la película ya estaba concebida antes de la muerte del líder de
Al Qaeda como la historia de la búsqueda infructuosa de un espectro escurridizo y de los métodos empleados para lograrlo. El posterior acontecimiento obligó a modificar parte de la trama, pero la película es por encima de todo, proceso y consecuencias.
La historia se construye alrededor de la figura de Maya - maravillosa
Jessica Chastain - una agente de la CIA perteneciente a la nueva camada de cachorros reclutados por la Agencia directamente de la Universidad y adiestrados exclusivamente para la lucha antiterrorista. Su soledad y aridez original se va diluyendo con el paso de los años, y su búsqueda inicial se va convirtiendo cada vez más en una empresa personal - alentada por el recuerdo de los compañeros que se quedaron en el camino - que tiene que ser concluida para poder seguir adelante. La de Maya es otra de las jóvenes vidas - como la de tantos marines, civiles de toda índole, supuestos terroristas, etc. - que la absurda persecución se ha llevado por delante.
En
La noche más oscura no vemos superagentes de incógnito capaces de matar a diez "malos malísimos" mientras hacen piruetas por los tejados, no vemos inteligencia sobrenatural cuasiadivinatoria, no vemos - en definitiva - idealización. Por contra podemos hacernos una idea de cómo funcionan los servicios de inteligencia, qué métodos utilizan, cómo buscan los puntos muertos del sistema y cómo se sirven de la tortura física y psicológica a la hora de lograr sus objetivos. La cinta deja bien claro que la tortura no es una excepción lamentable sino una norma aceptada, y por si esto fuera poco incriminatorio, la directora californiana le reserva un fantástico contraplano al presidente Obama - Nobel de la Paz, dicho sea de paso - en el que éste se afana por desmentir este tipo de prácticas. Se hacen referencias explícitas a
Abu Ghraib,
Guantánamo y al asunto de las
Armas de Destrucción Masiva en Irak.
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Miembros de los Navy Seal iniciando el asalto |
También tiene sus "peros", pues se hace difícil sortear ciertos clichés sobre el mundo musulmán, no tirar de mezquita y llamada a la oración, si bien no hay abuso y el resultado no es zahiriente. Cierto que no se muestra la motivación del islamismo radical, no se ahonda en las causas que lo generan, es una mirada occidental que no se esconde. Pone de manifiesto de manera estupenda la situación americana en términos geopolíticos y su condición viral en contextos ajenos que lo rechazan. La película huye constantemente de interpretaciones maniqueas, centrándose en los tonos grises, lo cual es de agradecer especialmente en géneros como éste. Bigelow esquiva con resultado sobresaliente el handicap de una muerte anunciada, a través de una magnífica puesta en escena y un excelente sentido del ritmo. La última media hora representa el asalto a la guarida del lobo con todo lujo de detalles, sin exaltación, sin florituras, manteniendo magistralmente la tensión, sin subrayados musicales y sin muestras de artificiosidad. Ni siquiera vemos la cara del gran hombre - como de hecho así ha ocurrido -, a penas unos cuantos fotogramas difuminados. El último plano de la película es antes percepción que discurso, juega más con la atmósfera de una época que con la verdad. Exalta el valor de la pregunta, renegando de la respuesta. Es un silencio a gritos.
Personalmente me niego a caer en la trampa de negar a Bin Laden tres veces y perderme en elucubraciones sobre su identidad y su rol en el tablero, pues la obsesión con el monstruo nos distrae de la apreciación sobre la implacable realidad que subyace, de sus consecuencias, de sus víctimas y de sus verdugos. Mientras ponemos el foco en el demonio, aquí abajo siguen ocurriendo cosas reales.
No considero un pero, o si lo es, es un pero mu chico, que la película sea una visión occidental del asunto. No creo que para contar lo que quiere sea necesaria la visión islámica, o como la queramos llamar. No se trata de desentrañar, como bien dices, las causas del conflicto. En ese caso si hubiera sido necesaria mirar el tema desde diferentes prismas. Creo que es más un retrato crítico de cómo ve la sociedad americana el 11S, a OBL, el mundo islámico, etc. La veo más como una denuncia de las secuelas de esta obsesión.
ResponderEliminarLo de los tópicos tampoco me parece un problema. No veo que se usen para demonizar al "enemigo". Creo que se recurre en momentos muy puntuales y para ambientar. Estamos en Pakistán y rezan cinco veces al día! A ver si ahora en vez de negro tenemos que decir gente de color!
jejeje
ResponderEliminarClaro, pero cuando se tocan ciertos temas, hay ciertas sensibilidades que se ponen en guardia. Por eso digo que resulta difícil sortear ciertos clichés, porque a parte de clichés, son realidades y al no abusar de ellas, no creo que sobren.
Y de acuerdo en que sería incluso perjudicial para la idea general del film extraer las motivaciones del islamismo radical, porque ciertamente no se ha hecho un esfuerzo (por parte de occidente) de comprender o analizar esas razones, y si la cinta quiere mostrar esa obsesión y frustración de la nación, no puede permitirse de repente buscar rincones de empatía que nunca han existido.
Creo que la cinta es bastante fiel a ese planteamiento.
'La noche más oscura' me ha dejado desconcertado. La peli se ve bien pero tras todo lo escuchado resulta decepcionante, dubitativa, irreal? Bigelow nos pretende convencer de un acontecimiento, basado en una gran mentira, de primera con una historia de tercer orden. Van a intentar borrar 'la gran mentira americana', con una mera demostración de fe sobre una cuestión de suerte, de meras estadísticas? Un saludo!
ResponderEliminarHola otra vez manipulador de alimentos!
ResponderEliminarYo es que con esta película discrepo con sus detractores desde la premisa. A mi no me parece que Bigelow nos intente convencer de nada puesto que la película es un proyecto anterior al asesinato de Bin Laden (Killing Bin Laden creo que se llamaba) que trataba de reflejar el proceso de persecución del terrorista por parte de los Estados Unidos desde los atentados del 11S, la obsesión en que se convirtió, la sed de venganza, los vergonzosos métodos empleados para ello y las consecuencias que todo ha acarreado para los implicados durante toda una década. Si el asalto al complejo de Bin Laden todavía no hubiera ocurrido, tendríamos una película sobre la paranoia de un país y sus consecuencias y nadie estaría hablando de propaganda, porque lo que se muestra en la película incrimina a su propio país y critica los métodos de forma totalmente severa.
Pero como estando el proyecto sin acabar se produce el asesinato, creo que el suceso es de obligada incursión en la cinta por parte de su directora puesto que supone una clausura al proceso.
Es en este momento cuando todo lo que la cinta muestra pasa a estar en un segundo plano por la figura de Bin Laden. Ya nada importa porque ya se interpreta todo como una justificación de su asesinato, pero yo no lo veo así.
Yo no veo que se justifique la operación, ni que se muestre de forma tendenciosa.
Si está basado en una mentira yo no lo sé, y conste que no soy un entusiasta de la versión oficial que da el gobierno americano (puesto que tiene muchos agujeros, como casi siempre). Se puede discutir la versión oficial, pero no se puede ofrecer una versión alternativa basada en pruebas irrefutables porque no las hay, y por tanto no se puede hacer una película basada en elucubraciones. Ese no es el terreno del drama. Para eso ya está el género documental que cuenta con numerosas cintas al respecto. O en todo caso se necesita una hipótesis verdaderamente fundamentada y erigible narrativamente como ocurre, por ejemplo, con la magnífica J.F.K. de Oliver Stone.
Creo, como digo en el párrafo final, que el nombre de Bin Laden eclipsa todo lo que ha ocurrido y no nos deja ver el resto. Y el resto es mucho: torturas físicas, psicológicas, vejaciones, puntos negros esparcidos por todo el planeta, un nobel de la paz y presidente mintiendo en pantalla, la violación del espacio aéreo pakistaní, el asalto a una propiedad privada, el asesinato de 3 hombres y una mujer, el robo de uno de los cadáveres y su posterior desparición, violando 200 tratados y pisoteando unos cuantos derechos humanos por el camino.
A mi esto es que no me parece la versión oficial. Francamente ha dejado de interesarme si Bin Laden ha muerto o está en una isla, porque los señores de carne y hueso miembros de esta CIA (nada peliculera por cierto) y aquellos que les dan órdenes siguen campando a sus anchas.
Por todo eso y por las numerosas virtudes extrictamente cinematográficas que, en mi opinión, posee la película, me parece un muy buen material y me ha sorprendido muy gratamente.
De todas formas...en la variedad está el gusto!! Es lo bonito del cine, que se puede ver desde muchas ópticas jeje
Gracias por tu opinión. Un saludo!!