jueves, 22 de marzo de 2012

Gloria Grahame, deseos humanos

Poseía una mirada cautivadora y arrogante, de una sexualidad arrolladora, dominante, de esas miradas que pueden fundir rostros pétreos como los de Glenn Ford o Humphrey Bogart, tanto que cualquier insignicante hombrecillo, para ella la mayoría del género masculino, apenas lograría farfullar cuatro vocablos si sus ojos de Medusa se dignaran a clavarse en él. 

Esos ojos, de los que me declaro fan número uno, encandilaron a la Academia en Encrucijada de odios (1947, Edward Dmytryk), premiando con una nominación su intepretación de Ginny, una prostituta que se ve involucrada en un asesinato. Sin embargo, es en la película En un lugar solitario (1950, Nicholas Ray) donde su interpretación y sus encantos se encuentran más atractivos, donde la duda y el tormento por amor jamás fueron mejor expresados en una mirada. También fue reconocida con otra nominación su aportación en Cautivos del mal (1952, Vincent Minnelli), la bella esposa de un guionista al que engaña con un actor dentro de ese pozo de ambición, sexo y dinero que es Hollywood, magistralmente personificado por Kirk Douglas en la figura de un productor sin moral ni valores. En Los sobornados (1953, Fritz Lang) nos brindó otro papel memorable, aquella mujer cuyo violento novio le derrama café hirviendo en la cara y que no duda en colaborar con el detective que puede llevarlo a la cárcel.

Estas son sólo sus películas más representativas, evidentemente participó en más, pero tampoco muchas. A mediados de los cincuenta abandonó el cine por el teatro, debido a unos problemas por una operación quirúrgica en los labios, volviendo esporádicamente hasta 1981, año en el que falleció con sólo 57 años, debido a un cáncer del que rechazó su diagnóstico. Y así estos hechos impidieron admirar su rostro una vez más, que de irresistible su filmografía se antoja escasa, un aperitivo que más que saciar abre el apetito. Pero a los hambrientos yo les digo: está Ava Gardner, Gene Tierney, Ingrid Bergman, y un larguísimo etcétera.


Filmografía seleccionada

- Blonde Fever, 1944, Richard Whorf.
- Qué bello es vivir, 1946, Frank Capra.
- El mejor espectáculo del mundo, 1952, Cecil B. DeMille.
- Una aventura en Macao, 1952, Josef von Sternberg.
- Deseos humanos, 1954, Fritz Lang.
- No serás un extraño, 1955, Fred Zinnemann.

1 comentario:

  1. Felicidds x l blog acho! K tal tdo x Granada? Cnd viens x Mérida? Me han dicho q tns novia, s así? Es x eso x lo q estás tan borde ultimamnt? Hs cambiad bastant, lástima! M caías mjor ntes...En fin a ver si ns vms prntico.

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